Fue un pintor neerlandés y una de las figuras más importantes del arte moderno. Su estilo se caracterizó por el uso de colores intensos, pinceladas expresivas y una profunda carga emocional.



A lo largo de su vida creó más de 800 obras, entre ellas La noche estrellada, Los girasoles y El dormitorio en Arlés. Aunque sufrió problemas de salud mental y tuvo una vida difícil, su pasión por el arte nunca se apagó. Murió a los 37 años en Francia, prácticamente desconocido, pero hoy es reconocido como un genio cuya obra cambió para siempre la historia del arte.

Durante su estancia en el hospital psiquiátrico Saint-Rémy-de-Provence creó distintas obras y le escribió a su hermano Theo una carta por cada cuadro, siendo un total de más de 800 cartas. Van Gogh le explicaba a su hermano el por qué de los colores y formas empleados, el significado de estos etc. Gracias a estas se le consideró un verdadero artista ya que, anteriormente, no se consideraba artista a una persona que estuviese en un hospital psiquiátrico porque no sabía por qué lo hacia. En cambio, al tener la prueba de que Van Gogh si sabía porque hacía cada uno de sus cuadros, tras tiempo fallecido se le consideró un artista.
En vida, Vincent Van Gogh solo vendió un cuadro, «El viñedo rojo», a una artista llamada Anna Boch por 400 francos en una exposición en Bruselas.




Estos son tres de los cuadros más famosos de este artista.
En primer lugar está «La noche estrellada», una obra realizada en 1889, muestra un cielo nocturno turbulento, lleno de remolinos de luz y estrellas brillantes que parecen moverse sobre un pueblo tranquilo. A través de sus colores intensos y pinceladas enérgicas, Van Gogh expresa su mundo interior, mezclando emoción, espiritualidad y esperanza en medio de la oscuridad. Explicando que lo veía como un momento de mejora donde el cielo nocturno le hacía sentir “una necesidad infinita de religión”. El cuadro refleja su búsqueda de paz interior, su fascinación por la naturaleza y el universo, y su deseo de encontrar esperanza y belleza incluso en los momentos más oscuros de su vida.
En segundo lugar está «Los girasoles», es una serie de pinturas que Vincent van Gogh realizó entre 1888 y 1889 en Arlés, Francia. En ellas retrata jarrones llenos de girasoles en distintas etapas de vida, desde el florecimiento hasta el marchitamiento. Con sus tonos amarillos vibrantes y pinceladas expresivas, Van Gogh buscaba transmitir alegría, luz y vitalidad, convirtiendo una flor común en un símbolo de esperanza y amistad. Para él, este cuadro representaba gratitud, energía y calidez humana. Lo pintó para decorar la habitación de su amigo Paul Gauguin, con la idea de que las flores transmitieran bienvenida y optimismo. En sus cartas, expresó que los girasoles simbolizaban la luz del sol y la vida misma, una manera de celebrar la belleza simple en medio de sus dificultades personales.
Y, en tercer lugar, está «Los peladores de patatas», fue realizada en 1885, es una obra temprana de Van Gogh que muestra a campesinos cenando alrededor de una mesa en un interior humilde. Con tonos oscuros y pinceladas marcadas, transmite la dureza de la vida rural y el trabajo cotidiano. El cuadro refleja la realidad social y humana, capturando el esfuerzo, la sencillez y la dignidad de quienes viven del campo. Para Van Gogh, este cuadro era una manera de honrar a los trabajadores humildes, mostrando respeto y empatía por su esfuerzo diario. Inspirado por el arte realista de su época, buscaba representar la vida tal como era, sin idealizarla, y expresar la conexión del ser humano con la tierra y la labor manual.
